En mayo de 1812, el Triunvirato encargo, al entonces Teniente Coronel Ángel Monasterio, que emplazara una fábrica de cañones, en dos naves desmanteladas de la iglesia destechada de la Residencia, situada en las calles Liniers y Núñez (actuales Defensa y Humberto 1°), San Telmo, Buenos Aires.
El 22 de julio de 1812 se funde en la Fábrica de Cañones, la primera pieza de artillería del Ejército Argentino, un mortero cónico de 12 pulgadas bautizado "Túpac Amaru". El siguiente mortero fue realizado el 15 de agosto de ese año, denominado "Mangoré".
Un tercer mortero, con características semejantes a los dos anteriores, fue fundido a principios de 1813, y denominado "Monasterio", en honor al director de la fábrica.
Los mismos fueron empleados en el Sitio de Montevideo.